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December 01, 2022 10:30—12:00 PM Eastern Time (US & Canada)In recent years, there’s been a massive increase in evidence on the importance of early childhood development (ECD) investments. But most of the evidence on what works to boost ECD outcomes in low- and middle-income countries comes from either home-based programs for the youngest children or preschool programs for children just before they enter primary school. What about center-based daycare programs? In many countries around the world, the number of children in daycare programs is increasing rapidly. How do they affect children and their families?
In Rio de Janeiro, the government has been rapidly expanding daycare, but the number of parents who’d like to put their children in daycare greatly exceeds the number of openings. Back in 2007, a team of researchers worked with the government of Rio de Janeiro to use a lottery to decide which kids would get slots and which would go to the waiting list. We compared the kids who won the lottery to those who got waitlisted to see what happened. We checked in during the first year, four years later, and then again seven years later (long after all the kids were primary school age). In a new study—"Public childcare, labor market outcomes of caregivers, and child development: experimental evidence from Brazil”—we (together with several other co-authors) document the results. While ours certainly isn’t the first study to document the impact of center-based care in a low- or middle-income country, this research yields new insights by studying a program that is implemented at scale by standard government systems, following children and their families over the course of seven years, and examining impacts on other family members (including grandparents and older siblings).
What Happened to the Kids?
Kids aged 0-3 who won the lottery got a slot in a publicly run daycare center that provided a full day of care (so parents could work). Of course, even families who didn’t win the daycare lottery often put their kids in some sort of care: maybe they put their child in private daycare, or they re-entered (and won) the lottery the next year. We find that children who won the daycare lottery were in daycare about 34 percent longer during their first four years of life than kids who didn’t—almost two-thirds of a year extra time in care.
The children who won the lottery were taller and weighed more for their age, even seven years later. Those effects were biggest for girls and suggest that the regular meals provided at daycare in critical years can make a lasting difference. Children performed better cognitively after four years, but after that, other kids caught up. (It’s pretty common for cognitive benefits of early interventions to fade.) We don’t see any impact—positive or negative—on children behavior. This is good news: some evidence from high-income countries suggests adverse impacts of daycare on children’s behavior or other socioemotional skills. We don’t see that here.
What Happened to Caregivers?
Daycare isn’t just about the children. It also impacts other family members, although far too few studies measure those impacts. Caregivers of children who won the lottery had lower levels of stress in the year after the lottery, and four years later, they were more likely to read to their kids.
Perhaps surprisingly, we don’t see big employment effects among the parents of children who won the lottery, probably because most were already working. Where we do see big labor market impacts is among grandparents: four years after the lottery, grandparents of children who won the lottery were 21 percentage points more likely to be working. They were working more hours, and they were much more likely to be contributing to social security, which suggests that they had jobs in the formal sector. Adolescent siblings (aged 15 and above) were also more likely to have jobs, albeit less so. These effects translated to higher household incomes of between 5 and 10 percent.
Takeaways
Publicly provided daycare can benefit children’s nutrition and yield short-term benefits to children’s cognitive development, without having adverse impacts on children’s behavioral development. It can also benefit the rest of the household, with more work opportunities and higher incomes.
With ongoing investments in further improving the quality of the care, the benefits to children could be even greater.
The study was authored by Orazio Attanasio, Ricardo Paes de Barros, Pedro Carneiro, David K. Evans, Lycia Lima, Norbert Schady, and Pedro Olinto. It is available as a National Bureau of Economic Research working paper and a Centre for Microdata Methods and Practice working paper.
En los últimos años, ha habido un aumento masivo en la evidencia sobre la importancia de las inversiones en el Desarrollo Infantil Temprano (DIT). Sin embargo, la mayor parte de la evidencia sobre que funciona para impulsar los resultados del DIT en países de ingresos bajos y medios proviene de programas en el hogar para los niños más pequeños o programas preescolares para niños justo antes de ingresar a la escuela primaria. ¿Qué pasa con los programas de centros de guarderías? En muchos países del mundo, el número de niños en programas de guardería está aumentando rápidamente. ¿Cómo afectan a los niños y sus familias?
En Río de Janeiro, el gobierno ha estado ampliando rápidamente las guarderías, pero la cantidad de padres que desean poner a sus hijos en guarderías supera con creces la cantidad de vacantes. En 2007, un equipo de investigadores trabajó con el gobierno de Río de Janeiro para usar una lotería para decidir qué niños obtendrían cupos y cuáles irían a la lista de espera. Comparamos a los niños que ganaron la lotería con los que quedaron en la lista de espera para ver qué pasaba. Lo hicimos durante el primer año, cuatro años después y luego nuevamente siete años después (mucho después de que todos los niños estuvieran en edad de asistir a la escuela primaria). En un nuevo estudio, "Cuidado infantil público, resultados del mercado laboral de los cuidadores y desarrollo infantil: evidencia experimental de Brasil", nosotros (junto con varios otros coautores) documentamos los resultados. Si bien nuestro estudio ciertamente no es el primero en documentar el impacto de las guarderías en países de bajo o medio ingreso, nuestra investigación arroja nuevos conocimientos al estudiar un programa que se implementa a escala bajo el estándar de sistemas gubernamentales , siguiendo a los niños y sus familias en el transcurso de siente años y examinando los impactos en otros miembros de la familia (incluyendo abuelos y hermanos mayores.)
¿Qué pasó con los niños?
Los niños de 0 a 3 años que ganaron la lotería obtuvieron un lugar en una guardería pública que brindaba un día completo de cuidado (para que los padres pudieran trabajar). Por supuesto, incluso las familias que no ganaron la lotería de la guardería a menudo pusieron a sus hijos en algún tipo de cuidado: tal vez pusieron a su hijo en una guardería privada o volvieron a ingresar (y ganaron) la lotería al año siguiente. Encontramos que los niños que ganaron la lotería de la guardería estuvieron en la guardería alrededor de un 34 por ciento más durante sus primeros cuatro años de vida que los niños que no la ganaron: casi dos tercios de un año de tiempo extra en la guardería.
Los niños que ganaron la lotería eran más altos y pesaban más para su edad, incluso siete años después. Esos efectos fueron mayores para las niñas y sugieren que las comidas regulares proporcionadas en la guardería en años críticos pueden marcar una diferencia duradera. Los niños se desempeñaron mejor cognitivamente después de cuatro años, aunque, los otros niños se pusieron al día. (Es bastante común que los beneficios cognitivos de las intervenciones tempranas desaparezcan). No vemos ningún impacto, positivo o negativo, en el comportamiento de los niños. Esta es una buena noticia: alguna evidencia de países de altos ingresos sugiere impactos adversos de las guarderías en el comportamiento de los niños u otras habilidades socioemocionales. No vemos eso aquí.
¿Qué pasó con los familiares?
Las guarderías no se tratan solo de los niños. También afecta a otros miembros de la familia, aunque muy pocos estudios miden esos impactos. Los cuidadores de los niños que ganaron la lotería tenían niveles más bajos de estrés en el año posterior a la lotería y, cuatro años después, era más probable que les leyeran a sus hijos.
Quizás sorprendentemente, no vemos grandes efectos en el empleo entre los padres de niños que ganaron la lotería, probablemente porque la mayoría ya estaba trabajando. Donde vemos grandes impactos en el mercado laboral es entre los abuelos: cuatro años después de la lotería, los abuelos de los niños que ganaron la lotería tenían 21 puntos porcentuales más de probabilidad de estar trabajando. Asimilismo, tuvieron tiempo de trabajar más horas y era mucho más probable que contribuyeran a la seguridad social, lo que sugiere que tenían trabajos en el sector formal. Los hermanos adolescentes (de 15 años o más) también tenían más probabilidades de tener trabajo, aunque menos. Estos efectos se tradujeron en mayores ingresos familiares de entre 5 y 10 por ciento.
Aportes
Las guarderías públicas pueden beneficiar la nutrición de los niños y generar beneficios a corto plazo para el desarrollo cognitivo de los niños, sin tener impactos adversos en el desarrollo del comportamiento de los niños. También puede beneficiar al resto del hogar, con más oportunidades de trabajo y mayores ingresos.
Con inversiones en curso para mejorar aún más la calidad de la atención, los beneficios para los niños podrían ser aún mayores.
El estudio fue realizado por Orazio Attanasio, Ricardo Paes de Barros, Pedro Carneiro, David K. Evans, Lycia Lima, Norbert Schady y Pedro Olinto. Está disponible como documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica ( National Bureau of Economic Research working paper ) y como documento de trabajo del Centro de métodos y prácticas de microdatos ( Centre for Microdata Methods and Practice working paper ).
Disclaimer
CGD blog posts reflect the views of the authors, drawing on prior research and experience in their areas of expertise. CGD is a nonpartisan, independent organization and does not take institutional positions.